martes, 15 de noviembre de 2011

NOCHE EN ACAPULCO / Salomón Borrasca






Esta noche en Acapulco embriagadas con tequila
andaremos por las calles como dos aves nocturnas
y burlando los prejuicios en la curva de una esquina
me amarás perdidamente como no lo has hecho nunca.

Esta noche en Acapulco está demasiado fría
y la luz de los faroles no alcanza a iluminar
el extenso paraíso de tus carnes primitivas
de esas carnes que esta noche te prometo conquistar.

Bajo esa luna opaca y lujuriosa que nos mira
te daré todos los besos que no me has querido dar,
si mañana nos sorprende la implacable luz del día
nos pondremos otra cita en la puerta de algún bar.

Salomón Borrasca

EN EL MUELLE DE TUS CARNES / Salomón Borrasca






Naufragué como un barco en tus caderas,
condenada al exilio de tu cuerpo,
resbalé por tu piel color canela
que exhalaba fragancias en el viento.

Al entrar el canal de tu cintura,
ví la sed de tus ojos lujurientos,
impregné de sudor tu piel desnuda
y quemaste mi rostro con tu aliento.

Me dormí en tu playa de quimeras,
el ocaso pintó de gris la tarde,
sepultamos los muslos en la arena
ante el juego de estrellas en el aire.

SALOMÓN BORRASCA.

LABIOS DE SEDA / Salomón Borrasca






Busco el olor de unos labios
que extraviaron mis deseos,
eran pálidos,
labios de seda,
silvestres como violetas
y tímidos como pájaros.
Varias noche los tuve cerca,
tan cerca que pude olerlos
alían a sándalo,
mi lengua hambrienta se los bebió bajo las albas.
Eran salvajes como ella,
como sus quince años,
eran vampiros en mi vagina
que con mi orgasmo se alimentaban,
eran perversos como las calles que recorría
y eran muy dulces cuando me amaban.
Labios de seda
que extraviaron mis deseos.

SALOMÓN BORRASCA

EL SECRETO QUE NO REVELARÉ / Salomón Borrasca





Si estuviera a mi lado no podría
repetirte las frases que marqué
en la hoja cuarteada de ese libro
en que se ha convertido mi pared.

Si leyeras las cosas que te escribo
en las cartas que nunca te enviaré
y en el diario que sirve de testigo
del secreto que no te revelé.

Si algún día volvieras a mi lado
sonreiría sirviéndote un café
yo sabría el dolor disimularlo
pues contarte el secreto para qué...

Salomón Borrasca

LA NOCHE DE LOS DESEOS / Salomón Borrasca






Esta noche será larga,
el olor de la calle me seduce,
saco las manos por la ventana y la lluvia las moja.
Hay noches que miro la avenida
y siento que mis carnes vibran al ritmo de las luces.
Tengo tentaciones, ansias indescifrables,
ganas de fumarme un cigarrillo,
deseos de amanecerme en la calle.
Tengo ganas de bañar mi cuerpo en vaselina
para hacer muchas cosas prohibidas
entre las sombras de la madrugada.
Tengo ganas de desbordarme.

SALOMÓN BORRASCA

LÉSBICA / Salomón Borrasca




Deja caer tus senos en mis senos,
que nuestros pubis, mojados caracoles,
en un ritual de desagravio a Lesbos,
ebrios de éxtasis tan tiernos se fusionen.

Al resbalar tus yemas oh Sirena
mi humedal fluvioso se erosiona,
como una alud de alondras y violetas
tu cabellera mi cuerpo aprisiona.

En ese rito, proscrita mariposa
en que te entrego mis mieses de doncella
las adas que son tan pudorosas
nos cubren con sábanas de seda

LAS DOS TIERNAS MUJERES QUE SE BESAN / Salomón Borrasca





Y fue anoche
que en el bar doña Amparo,
debajo de el farol de luz rojiza
tus labios sedientos se libaron
el almíbar que expulsa mi vagina.


Y fue anoche
en el turbio zaguancito
de la antigua casona del cerezo
que dejaste caer tu cabellera
en mi clítoris hambriento de tus dedos

Y fue anoche
en medio de la lluvia
que azotaba la casa de tres puertas
que viví en mis carnes el poema
de dos tiernas mujeres que se besan

SALOMÓN BORRASCA

CUANDO TE PONGO EN LA BOCA UN SENO / Salomón Borrasca









Cuando le haces poses al espejo
con tu pequeña minifalda roja
me le acerco y tu te sonrojas
porque te pongo en la boca un seno.

No te me asustes es tan solo un juego
me unté en los labios brillo escarlata.
deja que caiga tu hermoso pelo
sobre la parte que suplica tu agua.

Quita mis pantis porque ya me mojo
este es el néctar que botó la rosa
y en este juego de las mariposas
yo hago las veces de esposo y esposa.

SALOMÓN BORRASCA